“Siempre he sido partidario de la defensa de los derechos fundamentales, básicamente enmarcados en la Declaración Universal de Derechos Humanos. En este sentido, siempre he defendido la libertad de asociación y la libertad de creencia. Una de las características de un estado laico, aconfesional y moderno es, precisamente, su capacidad para permitir que en su seno convivan cualquier tipo de manifestaciones espirituales o religiosas siempre que éstas no contravengan los propios fundamentos de dicha sociedad democrática. Después de haber escuchado y estudiado los argumentos de los practicantes de Falun Gong no puedo hacer nada más que respetar sus creencias y defender el derecho que tienen a expresarlas y practicarlas.”
Senador Jordi Xuclà, 5 de enero de 2003